viernes, 31 de julio de 2015

Tempestad… y calma. Nueva ilusión.

Y así me siento ahora. En calma, ilusionada, con ganas, feliz… 

Largo tiempo pasándolo mal, sintiéndome sola. Con decenas de personas a mi alrededor; con una vida perfecta de cara a la gente, siempre sonriendo… Y sin embargo, por dentro, podrida. Sin decir nada, sin hablarlo con nadie, ni siquiera con mis amigas. Sin valor si quiera para escribir lo que me pasaba. Tragándome mi angustia. Huyendo. Porque lo tenía todo, pero no era feliz. Y no sabía qué hacer. 

Ya no estaba enamorada; el problema era mío. ¿Cómo afrontar que algo se termina sin más, sin motivo alguno? Si todo va bien y de repente se apaga, sólo queda la rutina y la costumbre, el cariño… pero ya no hay amor… ¿Por qué? ¿Culpa mía? No. Culpa de nadie.

Lo he hecho lo mejor que he podido… Sé que con errores. Que debería haber sido más valiente y haber tomado la decisión antes. No dudar tanto, no dejar pasar el tiempo. Sé que hice daño. Pero tengo la conciencia tranquila de haberlo hecho cuando estuve segura. Con dolor, pero me liberé a mí misma y respiré. Me lo debía. Y me siento bien.

(…)

Y ahora de repente aparece alguien… 
Y sé que 20 días no son nada… lo sé. 
Y sé que muchos no me entenderán, y muchos me juzgarán… pero no me importa lo que piensen los demás, porque ahora sé que la verdadera felicidad existe, y voy a luchar día tras día por sentirme así. No conformarme nunca más con algo por rutina o por costumbre, porque sea “lo que esté bien” o sea “lo que toque” o "lo que la gente espera".
No. No más apariencias. No más agradar a la gente. Sólo viviré por mí. He vuelto a ser yo; he vuelto a escribir en papel a diario como hacía años... Tengo ganas de hacer cosas nuevas, de avanzar, de mejorar... 
Me siento viva.


Y tanto si es sólo una historia de verano, como si finalmente es algo más… voy a difrutarlo al máximo porque así lo siento. 
Me lo merezco y no me voy a negar la oportunidad de vivir algo tan bonito como lo que estoy sintiendo. Dure lo que dure, pase lo que pase…

Es mi regalo… a mí misma.

Como un cuchillo en la mantequilla...

miércoles, 22 de julio de 2015

Rotación Hepatología Infantil (R2)

Más de un mes sin aparecer por aquí... Y vuelvo con una entrada antigua de las "varias" que me han ido quedando en el tintero sin publicar... qué desastre me estoy volviendo... pero más vale tarde que nunca ;) 

Durante los meses de Diciembre, Enero y Febrero pasados (cuando era todavía R2) estuve rotando por el servicio de Hepatología Infantil. Es un servicio muy puntero, y como podéis imaginar muy específico pues sólo llevan pacientes con patología del hígado (de todas partes de España). 
Es una unidad independiente del servicio de Gastroenterología y Nutrición (generalmente en la mayoría de los hospitales el servicio de Digestivo incluye todo) y esto puede verse como un inconveniente a la hora de la formación general de los residentes, pues tanta subespecialización acaba por volvernos un poco locos. Pero cuando se analiza el volumen de pacientes que se ven y la patología tan compleja que lleva cada servicio, es entendible que se creen secciones que dominen unas patologías y otras porque manejarlo todo y bien, es imposible.

En el calendario de rotaciones que tenemos en mi promoción todos tenemos rotación obligatoria por Gastroenterología (que os comentaré en otra entrada, pues fue mi última rotación de R2) y después sólo 4 de los 20 residentes rotamos por Hepatología, y otros 4 rotan por Nutrición. (actualmente ya ha cambiado el calendario y esto ya no es así para las nuevas promociones de residentes

No imaginé a priori que un servicio tan complejo y tan especializado me iba a gustar tanto. Ha sido de las mejores rotaciones por las que he pasado. A nivel docente, a nivel de trato personal y a nivel de motivación. Me encantó.

Coincidí durante la rotación con varios rotantes externos (R4 de especialidad de Gastroenterología) de Burgos, de Sevilla, de Zaragoza, de otros hospitales de Madrid... Y en contra de lo que al principio puede parecer "tanta gente allí, rivalidad, gente especializándose y yo empezando sintiéndome tan chiquitita..." estuve realmente cómoda y contenta durante los 3 meses. Y esto es porque a parte de que entablamos una amistad súper sana y lo pasábamos genial por las mañanas con nuestras historietas y nuestros cafés, en el servicio tanto los adjuntos como la jefa nos trataban igual a todos. No se les daba mayor prioridad a ellos por ser mayores (como en otros servicios sí pasa) y me sentí agradecida por ello porque uno de los inconvenientes que tiene estar en este hospital tan puntero, es que en ocasiones se trata mejor y se valora más al que viene de fuera un par de meses que al propio residente que está 4 años trabajando desde dentro y esta situación a la larga "quema" mucho. Por ello, creo que es importante valorar y destacar a los servicios en los que se trata tan bien y se mima al residente interno :)

El buen ambiente del servicio también me cautivó. Hay buena relación entre todos los miembros, se comentan los pacientes sin problema... Saben muchísimo y además se implican en explicarte y hacerte entender hasta las patologías más difíciles.

Estuve la mitad de la rotación en planta, pasando visita siempre con los adjuntos. Patologías crónicas y agudas: hepatitis, colestasis, atresias de vías biliares, fallos hepáticos, tumores... Pude seguir la evolución de varios trasplantes hepáticos, tuve la suerte que durante los meses que estuve se hicieron varios, tanto de donante vivo y alguno de donante cadáver. Es alucinante ver como un paciente crónico que está mal... es trasplantado, evoluciona favorablemente en cuidados intensivos, sube a la planta... y se va de alta en estupendas condiciones. Impresionante.

La otra mitad de la rotación estuve en consultas. Pacientes nuevos, revisiones, diagnósticos... En prácticamente casi todos los casos pasaba la consulta con el adjunto al lado lo que es una ventaja pues se aprende muchísimo al verlos trabajar. Exploración física rigurosa y guiada por ellos, comentando cada caso y las posibilidades de manejo. Pacientes muy muy complejos pero muy interesantes: enfermedades metabólicas, colestasis congénitas, hepatitis virales, síndromes... revisión de trasplantes...

Aquí os dejé la sesión clínica que preparé para el servicio (Fallo hepático agudo)

Globalmente, de las mejores rotaciones por las que he pasado. Patología extraordinariamente interesante aunque complicada. Si no fuera porque es una subespecialidad tan tan tan específica, me la plantearía como opción de especialidad para R4. Pero como me ha gustado mucho también la Gastroenterología (ya os contaré) y en realidad la hepatología es una parte de la misma, si no hay muchos cambios de última hora (a falta de pasar aún por algunos servicios), es probable que me mueva por estos territorios digestivos en el último año de especialidad. Todo se verá :)

Cenita Fin de rotación Febrero 2015