Veo por aquí que la mayoría os estáis incorporando ahora al nuevo curso con el inicio de clases y demás, y nosotros ya llevamos un mes con el tema avanzado. He terminado la primera rotación del curso en Medicina Interna (después tendré otras 4 semanas en Abril) con la sensación de haber aprendido al menos alguna cosilla.
Como ya dije en un post anterior, elegí a uno de los médicos que más me gusta de Interna por su manera de trabajar a la vez que enseña al estudiante y fue una buena elección. Estuve mayoritariamente en la planta con el médico y el equipo de residentes aunque algún día subí a consultas sólo con el médico y mi compañera.
En la planta los pacientes se caracterizan básicamente por ser ancianos de 80 años de media, pluripatológicos, con clínicas muy parecidas: descompensación de insuficiencia cardiaca; infecciones respiratorias; infecciones urinarias… y con evoluciones muy lentas y prolongadas (muchos de ellos llevaban un mes ingresados cuando llegué y aún siguen…) Esto hace que a mí se me haga un poco pesado en cuanto a la hora de evolutivos se refiere puesto que cada día es muy similar al anterior; pero por otro lado, el ver todos los días a los mismos pacientes también tiene sus ventajas, hace que se les coja cariño, sobre todo cuando son agradables y te tratan como a una nieta (son un encanto); y tengas ganas de volver al día siguiente para ver como siguen.
Algunos de los casos merecen que los nombre por haber sido al menos curiosos para mi formación, como por ejemplo, un ancianito con enfermedad de Paget, con unas tibias en sable de libro muy pronunciadas y llamativas. Éste mismo había presentado unas semanas antes una Sarna Noruega, de difícil diagnóstico por los pocos casos que se ven aquí.
Varios diagnósticos de tumores, como os conté en esta entrada, que me impactaron sobre todo por la manera de dar la noticia y el modo de afrontar la enfermedad. Un carcinoma de lengua de estadio avanzado en una paciente joven… Un paciente con hepatopatía alcohólica con una hepatomegalia alucinante de explorar de unos 8-10 cm por debajo del reborde costal, que tras la “recuperación” aguda fue valorada para transplante.
También llamativo un hidrocele enorme de unos 20x15 cm (era gigante, nunca había visto nada igual más que en fotografías) por una hernia inguinal en un paciente de 90 años… y bueno miles de historias cada una con sus particularidades que hacen que aprenda cada día un poquito de cada cosa. Por desgracia, también he afrontado algún fallecimiento en la planta que siempre marca por el mero hecho de ver que alguien a quien atendiste ya no está.
Los días que subí a consultas fueron muy muy productivos puesto que mi compañera y yo nos encargábamos de explorar a los pacientes mientras el médico nos contaban multitud de detalles sobre ellos.
Ha sido una rotación buena en una especialidad que me gusta bastante, sólo que me parece complicadísima e inabarcable y la edad media de los pacientes y lo poco que se puede hacer por algunos es algo que no me convence.
Ahora me toca rotar por Urgencias, sitio que me gusta mucho porque se ven casos interesantes nuevos, la evolución inicial de los pacientes con la realización de la historia y su exploración física en el momento y con un poco más de movimiento. A ver qué tal se da… J